BUENOS AIRES.- El Gobierno Nacional y la Iglesia católica protagonizaron los últimos días una nueva polémica, con declaraciones cruzadas sobre la violencia en el país que sorprendió a todo el espectro político, porque se su ponía que había disminuido la tensión entre ambos sectores.

Después de que el viernes último, la Conferencia Episcopal diera a conocer un documento en el que sostiene que “la Argentina está enferma de violencia”, intervino la presidenta, Cristina Fernández, quien cuestionó -sin nombrar a los prelados-, a los que dicen que “hoy la Argentina es violenta, porque lo que quieren es reeditar viejos enfrentamientos del pasado”.

Por eso, el presidente del Episcopado, José María Arancedo, respondió a las críticas que hizo el oficialismo al afirmar que “nadie puede negar que hay violencia en la Argentina” y sentenció que “la Iglesia no es opositora ni oficialista”. Respecto al documento de la Conferencia Episcopal, el arzobispo de Santa Fe aseguró que el análisis “no es un ataque al Gobierno”.

En cuanto a los dichos del fin de semana de la mandataria, Arancedo sostuvo que “las comparaciones son difíciles”. “Los obispos provienen de todos los rincones de la Argentina y el problema está presente en todo el país. Uno puede pensar que no es tan grave como aquello, pero es grave”, sentenció en una entrevista que publicó ayer el diario La Nación.

Sostuvo que “al comparar, uno corre el peligro de no ver lo que hoy tenemos que ver” y pidió “hacer un intento para convivir en lo diverso”.

Diagnóstico

Consultado sobre cómo llegó la Iglesia a este diagnóstico de un país “enfermo de violencia”, Arancedo respondió que “al plantear los obispos las realidades sociales que están viviendo, surgió la preocupación por la violencia”, a la que definió como “una enfermedad que debemos erradicar”.

El prelado indicó que entiende que la dirigencia política es consciente de la grave situación de inseguridad y violencia ya que, afirmó, “nadie puede negar que hay violencia”, pero consideró que “lo malo es cuando se da un matiz político a los diagnósticos”. “No es un ataque al Gobierno. La Iglesia no es opositora ni oficialista. Se lo dije, incluso, a la Presidenta, con quien tuve conversaciones con mucho respeto”, enfatizó el arzobispo.

Sin partidismo

Asimismo, aseguró que esta voz de alarma de la Iglesia ante la conflictividad social en la Argentina “no” puede impactar en la relación con el Gobierno y remarcó que la jefa de Estado “sabe que no hay una postura de oposición en la Iglesia”, porque “no le corresponde a la Iglesia tener partidismos políticos”.

Arancedo también adelantó que le van a hacer llegar el documento a la Presidenta, a través de la Secretaría de Culto, pero aclaró que “no” quedaron “en pedir una audiencia”. Sin embargo, el presidente del Episcopado expresó que “con mucho gusto volvería a ver” a la mandataria, al intentar bajarle el tono a la polémica entre el Gobierno y la Iglesia tras el documento que difundieron el pasado viernes.

La Doctrina Social

El presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez afirmó que “la mayor violencia de una sociedad es la de la injusticia”, y al referirse a la relación del Gobierno con la Iglesia, manifestó: “Este Gobierno encarna los valores más genuinos del peronismo, y abraza la Doctrina Social de la Iglesia, en la que se basó Juan Domingo Perón para sentar las bases de nuestro movimiento”. (DyN-lanacion.com.ar)